Todavía existen lugares en los que se valoran los oficios tradicionales y no por mantener las tradiciones sino porque están todavía en auge y en algunos casos suponen un futuro asegurado.
Es cierto que muchas actividades artesanales están perdiendo el interés por parte de los jóvenes porque supone un gran esfuerzo y muchas horas de trabajo, como el oficio de carnicero o de panadero y muchos otros, pero hay un oficio que sigue interesando a las nuevas generaciones y que en la República Checa se cuida y se promueve, tanto que existe un todo un programa educativo en la Escuela Secundaria Industrial de Alimentación, por medio del cual se forma a los jóvenes, que pueden asistir a los cursos desde los 15 años.
Se juntan entonces la gran tradición cervecera de la República Checa, el interés que les viene de generaciones anteriores y que ha ido pasando de abuelos a padres, a hijos y así se ha mantenido hasta ahora, la innovación tecnológica y un planteamiento educativo en el que los alumnos comienzan a practicar desde el principio, perdiendo el miedo y conociendo a fondo los procesos.
Además no se limitan a enseñarles cómo se hace la cerveza, sino quetienen que aprender un poco de las actividades que rodean a la cerveza y a su degustación. Así, sabrán hacer pan, tortas, embutidos… y todo aquello que esté realcionado con dicha bebida.
El plan incluye visitas a todo tipo de cervecerías, donde aprenden a “catar ” la cerveza. Esto junto con el conocimiento de los distintos procesos de elaboración, les permitirá saber que es lo que ha hecho que el resultado final sea bueno , malo, el esperado o algo novedoso.
Básicamente es una formación muy completa en la que adquieren criterio, conocimientos técnicos y experiencia par más adelante llegar a crear su porpia cerveza.
La experiencia ya la adquieren desde sus años de estudio, en los que van elaborando cervezas propias, algunas de las cuales han llegado a ganar premios. Dichas creaciones no salen de la universidad, salvo una, la Suchdolsky Jenik.
Una vez terminada esta formación, los alumnos salen completamente preparados para dedicarse a la fabricación de cerveza de manera profesional y son muchos los que eligen este camino, pero tienen la posibilidad de seguir formándose en la Universidad Checa de Agronomía, profundizando en la tecnología cervecera en la facultad técnica.
Creo que es muy interesante un sistema que mantiene la tradiciones pero que pone al servicio de los más jóvenes las últimas tecnologías y que motiva a los alumnos a desarrollar sus ideas.
La verdad es que con una formación así de cuidada, es lógico que se consiga una cerveza como la checa…
Fuente:
http://tierradecerveza.com
